sábado, 17 de octubre de 2015

PARKISON


La primera descripción de la enfermedad fue hecha por el médico británico James Parkinson en 1817.

Posteriormente, fue el célebre neurólogo francés Charcot quién le otorgó el nombre de Enfermedad de Parkinson (por sus siglas, EP, como nos referiremos a ella a partir de ahora).




Decimos que la EP es un trastorno neurodegenerativo porque afecta al sistema nervioso, produciéndose unos mecanismos de daño y posterior degeneración de las neuronas ubicadas en la sustancia negra. Estas neuronas se encargan de producir la dopamina, una sustancia química (neurotransmisor) fundamental para que el movimiento del cuerpo se realice correctamente.

 Cuando el cerebro no dispone de la dopamina suficiente para mantener un buen control del movimiento, los mensajes de cómo y cuándo moverse se transmiten de forma errónea, apareciendo de forma gradual los síntomas motores típicos de la enfermedad. Pero también se ha visto que hay otras neuronas afectadas en la EP y por tanto otros neurotransmisores como la serotonina, noradrenalina y acetilcolina.


Causas del parkison 

En los últimos 10 años, los investigadores han identificado algunos casos poco frecuentes en los que la enfermedad de Parkinson parece ser provocada por una única mutación genética.
En estos casos, el gen mutado se transmite de generación en generación, lo que da como resultado un gran número de casos de la enfermedad en el seno de una familia ampliada. Las mutaciones del gen LRRK2 constituyen los factores genéticos que más contribuyen a la enfermedad de Parkinson que se han descubierto hasta la fecha.






Causas ambientales

En el extremo opuesto del espectro, a comienzos de la década de 1980, un grupo de usuarios de heroína en California consumió fármacos de un lote contaminado con una sustancia denominada MPTP. Tras ingerir esta sustancia química, los consumidores de drogas presentaron una forma de la enfermedad de Parkinson cuyo origen fue principalmente, si no de manera exclusiva, “ambiental”.

Otros factores de riesgo
El factor de riesgo más importante para esta afección es el envejecimiento, y los hombres presentan un riesgo un poco más alto que las mujeres.
Factores que están asociados a un mayor o menor riesgo de la enfermedad de Parkinson.
Por ejemplo, el consumo de tabaco y cafeína se han relacionado con índices menores de la enfermedad, mientras que las lesiones en la cabeza y la exposición a pesticidas se han asociado a un mayor riesgo. Si bien dichos estudios no vinculan de manera definitiva estos factores a la enfermedad de Parkinson de una forma u otra, destacan algunas áreas en que las investigaciones adicionales pueden orientarnos hacia determinadas estrategias de tratamiento y prevención de los riesgos.

Síntomas Motores de la enfermedad de parkison 

Temblor
El temblor Parkinsoniano es característicamente un temblor de reposo, es decir, aparece cuando no se realiza ninguna tarea con la parte del cuerpo que tiembla. Típicamente suele comenzar en las extremidades, afectando a la mano o a un pie, pero también puede afectar a la mandíbula o a la cara (párpados, labios). El temblor Parkinsoniano puede mejorar o desaparecer cuando vamos a realizar un movimiento concreto y aumentar en situaciones de estrés.
Bradicinesia
El paciente con párkinson tardará en realizar una tarea más tiempo de lo que previamente hubiera necesitado, puede tener dificultad para iniciar un movimiento o cesar bruscamente una actividad que esté llevando a cabo.
La “marcha Parkinsoniana” también es una manifestación de la bradicinesia. De forma característica, se trata de una marcha lenta, a pasos cortos, arrastrando los pies y con una disminución o ausencia de braceo.
El término acinesia sería la situación extrema de la bradicinesia: incapacidad para iniciar un movimiento preciso o pérdida del movimiento automático.
Rigidez
La rigidez constituye un aumento del tono muscular: los músculos están constantemente tensos y no se pueden relajar bien. La rigidez puede provocar:
 Reducción de la amplitud de los movimientos: como el balanceo de los brazos al caminar.
Dificultad para girarse en la cama o incorporarse de una silla.
Dolor y calambres en las extremidades y sensación de tensión en el cuello o la espalda.
Disminución de la expresividad facial por la rigidez de la musculatura de la cara, dando lugar a una dificultad para sonreír o a un rostro serio o inexpresivo.

Inestabilidad postural
 La inestabilidad postural (alteración del equilibrio) se ha considerado el cuarto signo típico de la EP. A medida que la enfermedad avanza, los pacientes Parkinsonianos tienden a adoptar una postura encorvada, con una flexión del tronco hacia delante, o incluso lateralmente, lo que contribuye al desequilibrio. 

Síntomas No motores
Trastornos del sueño
Son altamente frecuentes en esta enfermedad. Un tercio de los pacientes presentan insomnio. También pueden tener sueños muy vívidos, somnolencia diurna o alteración del ciclo vigilia-sueño.
Pensamiento y memoria
Los pacientes con EP pueden presentar lentitud en el pensamiento o cambios en su razonamiento, memoria o concentración, y algunos pacientes con EP desarrollarán deterioro cognitivo.











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